miércoles, 21 de abril de 2010

Muflones

                                                      Ovies musimon en Wikipedia.

 Pocos y mal repartidos, esta es la situación del muflón en Aragón. Contamos con el muflón como una especie introducida, objeto de caza y por lo tanto ubicada en un puñado de cotos dispersos por nuestra geografía, sin embargo, hasta que fue exterminado, el muflón convivió con el hombre en la península. Podemos servir la polémica bien calentita, ¿debemos potenciar la presencia del muflón como especie autóctona o controlarlo como a un invasor?.

 El muflón se vio abocado a la extinción por dos causas principales, la presión de los cazadores primitivos y la competencia posterior de sus parientes domésticos con lo que dado que nuestros re tatarabuelos acabaron con él, no debería quedarnos duda a cerca de lo que hemos de hacer.

 Hoy en día somos capaces de controlar la presión cinegética sobre una especie para que no solo no desaparezca, sino que medre y se extienda por allá donde se lo permitamos. Primer escollo sorteado, esto lo hacemos con todas las especies.

 En segundo lugar, su nicho ha estado ocupado durante siglos por la ganadería doméstica pero ésta se halla en regresión en su modalidad extensiva, buena parte del nicho del muflón está vacío y ante la falta de especies propias de éste lo que debieran ser estepas o praderas están siendo ocupadas por garrigas o bosques, seguramente estos con especies inadecuadas, que no vamos a pedir a la naturaleza que recomponga en cien años lo que nos a costado unos cuantos milenios reventar. Con los muflones, y algún otro animalico que falta para completar estos hábitats, aquello que debería ser estepa, pradera o dehesa iría tomando su forma original ahora que nuestra interferencia en el medio silvestre es menor.