viernes, 26 de marzo de 2010

Expansiones




 De unos años a esta parte estamos asistiendo a un curioso y feliz fenómeno, la recuperación de la fauna autóctona de manera, me atrevería a decir, sorprendente.

 Si en muchos casos podemos decir que una gestión adecuada de los recursos y el eficaz trabajo de quienes se ocupan de ello ha tenido buena parte de la culpa, como en el caso del quebrantahuesos, en otros resulta más complicado el acotar las razones.

 Especies que se habían convertido en rarezas limitadas a escasos rincones de nuestra geografía, como nutrias, corzos, conejos o incluso la cabra montesa, se están extendiendo por lugares en los que no se les recordaba. En muchos de estos casos, se están produciendo curiosos fenómenos en la distribución de estas especies en Aragón.

 En casos como los de corzos y cabras, están ocupando nichos que no deberían ser los adecuados para ellos. Parece ser que varios fenómenos facilitan que se instalen en lugares que, ni son  boscosos, ni los territorios escarpados que esperaríamos. Ante la ausencia de depredadores (fuera de algún perro asilvestrado que suficiente tiene con sobrevivir), competidores(ya que hace tiempo que exterminamos a las especies que ocupaban estos nichos y la ganadería extensiva está desapareciendo a marchas forzadas), y la menor presión cinegética a la que están sometidos (si ahora puede parecer que hay muchos cazadores, no olvidemos que hace cincuenta años había una escopeta en cada casa disparando a todo lo que se comía, lazos, cepos y otras muchas trampas), los que han quedado ocupan cuanto pueden.

 Otros como nutrias, conejos o el visón, si creemos lo que de este se dice, vuelven a lugares de los que nuestra presión los había sacado, ocupando incluso los alrededores de las ciudades, en el caso de la nutria,  o dejando sin poblar lugares donde antaño fue abundante pero ahora no se adapta, como el conejo (¿qué pasa con el conejo para que no se adapte a lugares que eran los suyos?).

 Buenas noticias para muchas especies y esperanzadoras para otras que todavía no han comenzado esta recuperación, algo pasa en nuestra sociedad, incluso al margen de las medidas medioambientales que se toman, que permite que fauna y flora, de la que no he hablado hoy, comiencen, despacio, a recuperar el terreno perdido.

lunes, 22 de marzo de 2010

Esperando visita




 Desde que tengo consciencia ha habido acuario en mi casa y siempre he tenido preferencia por los vivíparos. Verlos criar y crecer me resulta gratificante. Además es fácil mantener invertebrados con ellos, ya que si cuidas las especies que tienes, son pacíficos y no dan problemas.

 A día de hoy tengo el acuario “pelado”, un puñado de guppis, unos plattis, neones y borrachitos. Nada peligroso. Acompañándoles solo hay un puñado de planorbis que he criado con un par que vinieron con las plantas. Sus ya innumerables descendientes poblarán el acuario de casa y los del pueblo (estos destinados únicamente a la experimentación) mientras van llegando los camarones de río, otros caracoles y vete tú a saber que más. Las gambas ya campaban a sus anchas hasta este otoño, pero un desastre biológico acabó con todas ellas y con muchísimos peces.

 Espero que esta temporada lleguen nuevos inquilinos a convertir el acuario en un miniamazonas plagado de habitantes.

sábado, 20 de marzo de 2010

Restauración del Ebro

                                                                   Embalse de la Tranquera


 Más de 1300 obras frenan el avance del Ebro y sus afluentes a su paso por Aragón. La falta de infraestructuras que faciliten el paso de los peces ha supuesto la desaparición de esturiones, salmones y anguilas entre otros, ayudados, claro, por la contaminación a la que hemos sometido a la cuenca y la proliferación de especies alóctonas en casi cualquier punto.

 Hasta no hace nada, en ninguna obra hidráulica  se tenia en cuenta la construcción de pasos para la fauna, fragmentando nuestros ríos en innumerables partes. A día de hoy es obligatoria la construcción de estos pasos, aunque su mantenimiento ya es harina de otro costal.
 Para la restauración de la fauna del Ebro, un primer paso sería la colocación de escalas, rampas, ascensores… en todos estos obstáculos. No podemos pensar en volver a ver una trucha (desde luego ni salmones ni anguilas ni esturiones) sin esta titánica e ¿inafrontable? tarea.

 En términos de contaminación, y gracias a la normativa europea, hemos avanzado bastante con la siembra de depuradoras por doquier, ya veremos si se mantienen operativas después de lo invertido y si se controlan los vertidos ilegales, mas peligrosos que los desechos de cualquier pueblecillo.

 Soñemos ahora. Si todas estas medidas se me antojan inalcanzables, la erradicación de las especies invasoras es ya el sumun de la utopía, más del 40% de las especies que habitan Ebro y afluentes son alóctonas, algunas como carpas y tencas fueron introducidas ya en época romana y parece que no fueron muy perjudiciales, pero las “modernas” bass, lucioperca, siluro, lucio, cangrejos… han empujado a la totalidad de las especies autóctonas al límite de la extinción, por lo que sin un control sistemático de estas especies (carísimo e inimaginable en los despachos competentes), no se puede pensar siquiera en la recuperación faunística de nuestros ríos.

 No obstante, si en otras comunidades se están realizando actuaciones para restaurar las cuencas como la eliminación de presas y azudes ahora inútiles, la adecuación de los existentes en uso para el paso de la fauna piscícola y se está buscando la forma de actuar sobre las especies foráneas, podemos albergar la esperanza de que algún día también nosotros adquiramos la consciencia de que es necesario hacerlo.  

martes, 16 de marzo de 2010

Osos en los pirineos.




 Francia va a soltar algún oso más en los Pirineos (alguien lo tiene que hacer), mas posiblemente no se estén haciendo las cosas correctamente. Se me ocurren unos cuantos peros...

 Ante el anuncio de la nueva introducción se han manifestado en Tarbes unos 2000 ganaderos de todo el pirineo, y no son pocos reuniéndose a pasar la mañana. Esto da que pensar.
 - ¿Se les informa adecuadamente acerca de cómo les afecta y de las medidas que han de tomar?
 - ¿Se les ayuda a tomar éstas medidas?
 - Cuando sufren daños, ¿reciben a tiempo y en su medida las indemnizaciones?
               No olvidemos que el hombre es tan pirenaico como el oso.

 Los osos comen, y no solo terneros u ovejas. La cadena trófica del pirineo, comenzando por la flora, no pasa por su mejor momento y, aunque puede que pueda sostener a los poco más de 20 osos que hay hoy, quizá no pueda con una población razonable. En la cordillera cantábrica se realizan actuaciones sobre la flora para facilitar la supervivencia de los osos. No obstante, potenciar también la fauna (la que está y la que se ha extinguido), contribuiría al bienestar de un omnívoro que no come poco.

 Fuera de estas restauraciones sobre las que ya me extenderé no debieran quedar los grandes herbívoros (cabra montesa) ni los predadores (lince, lobo), no olvidemos que el oso también es carroñero, ya que sin un equilibrio adecuado difícilmente se podrá mantener una población viable.

 La restauración de los ecosistemas que hemos degradado desde nuestra llegada a la Península debiera ser una obligación que nos marcáramos todos, ciudadanos e instituciones, no solo en lugares como el pirineo, sino en todo nuestro territorio.