Más de 1300 obras frenan el avance del Ebro y sus afluentes a su paso por Aragón. La falta de infraestructuras que faciliten el paso de los peces ha supuesto la desaparición de esturiones, salmones y anguilas entre otros, ayudados, claro, por la contaminación a la que hemos sometido a la cuenca y la proliferación de especies alóctonas en casi cualquier punto.
Hasta no hace nada, en ninguna obra hidráulica se tenia en cuenta la construcción de pasos para la fauna, fragmentando nuestros ríos en innumerables partes. A día de hoy es obligatoria la construcción de estos pasos, aunque su mantenimiento ya es harina de otro costal.
Para la restauración de la fauna del Ebro, un primer paso sería la colocación de escalas, rampas, ascensores… en todos estos obstáculos. No podemos pensar en volver a ver una trucha (desde luego ni salmones ni anguilas ni esturiones) sin esta titánica e ¿inafrontable? tarea.
En términos de contaminación, y gracias a la normativa europea, hemos avanzado bastante con la siembra de depuradoras por doquier, ya veremos si se mantienen operativas después de lo invertido y si se controlan los vertidos ilegales, mas peligrosos que los desechos de cualquier pueblecillo.
Soñemos ahora. Si todas estas medidas se me antojan inalcanzables, la erradicación de las especies invasoras es ya el sumun de la utopía, más del 40% de las especies que habitan Ebro y afluentes son alóctonas, algunas como carpas y tencas fueron introducidas ya en época romana y parece que no fueron muy perjudiciales, pero las “modernas” bass, lucioperca, siluro, lucio, cangrejos… han empujado a la totalidad de las especies autóctonas al límite de la extinción, por lo que sin un control sistemático de estas especies (carísimo e inimaginable en los despachos competentes), no se puede pensar siquiera en la recuperación faunística de nuestros ríos.
No obstante, si en otras comunidades se están realizando actuaciones para restaurar las cuencas como la eliminación de presas y azudes ahora inútiles, la adecuación de los existentes en uso para el paso de la fauna piscícola y se está buscando la forma de actuar sobre las especies foráneas, podemos albergar la esperanza de que algún día también nosotros adquiramos la consciencia de que es necesario hacerlo.
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